miércoles, 30 de septiembre de 2009

Spiritus Libertas

Una vez más me enfrento con esta página blanca que quiere ser impregnada con pensamientos que puedan ayudar a los demás a encontrar respuestas incluso cuando no se buscan.
Una vez más muero por saber lo que la inspiración quiere comunicar.
Pero esta vez es diferente, las últimas veces que he escrito palabras estas son dirigidas a un ser global, es decir a todos pero a alguien en particular que lo tome como parte de su vida; Esta vez me enfrento con el monstro de mi propia forma de subirme el ánimo, la situación más difícil al que uno se puede enfrentar.

Cuando te encuentras en la encrucijada de que solo tú puedes contribuir a salir emocionalmente airoso de una situación que te frena a seguir adelante o que simplemente mata tu motivación a levantarte por las mañanas.

El problema puede agraviarse mas cuando en la exhaustiva lucha por encontrar una respuesta que te haga sentir un poquito mejor te encuentras con paredes, barreras que originalmente creías que serian tu escape, al fin y al cabo humanos desinteresados por el bien de los demás e incapaces de sentir empatía, imperfectos por definición y que en el camino más rocoso, este camino que te hace sentir desmotivado, pierden el nombre de “amigo”.I

maginemos todo el escenario: Una situación difícil y critica que puede cambiar a corto plazo el curso de tus sueños está llamando a tu puerta y en el intento por refugiarte te das cuenta que algunas personas te dan la espalda, simplemente porque si.

Tenemos dos caminos: Sentir pena por nosotros mismos y agraviar nuestro problema con superficialidades como la de preocuparte por aquellos que no valen la pena y perder el objetivo de resolver tu verdadero gran problema o refugiarse en aquellos que están por ti, sin condiciones.

Probablemente años atrás mi opción sería la primera, porque a veces contamos con naturalezas destructivas pero en el transcurso de los años he aprendido a darme tiempo y tomar la opción número dos.


Pero esta vez elegí la segunda opción, me tomo mucho tiempo pero elegí correctamente y aunque mi problema no esté resuelto todavía, tengo el alma tranquila y he tenido la capacidad de dejar que algo mas grande que yo lo resuelva y contribuya a mi beneficio.

El objetivo de todo lo mencionado es aprender a digerir el problema que tenemos, que aunque sea un problema que te haga sentir que tú vida se ha detenido tengamos esa fortaleza humana para pararnos y caminar. Y sobretodo rodearnos de aquellos que nos hacen recordar que las batallas siempre tienen un ganador y que aunque tú no la ganes, la vida continua y si tu problema cambio tu vida, casi es seguro que cambiara por algo mejor.


Es así como sonríes, es así como te vuelves a levantar y vuelves a perder el miedo a tener miedo y miras dentro de ti, y regresas a ti, a lo que eres, a lo que crees ya lo que predicas.
En el camino de la resolución el problema vale la pena ir sacando aquellas lecciones de vida, y resaltarlas.

Hasta hoy, he aprendido que si bien a veces la justicia tiene doble cara, siempre pasa algo que te regresa a la tierra.

Aprendí que un amigo no es aquel que conoces desde hace 4 años, 9 años o 10 años.
Aprendí que no es el tiempo el que defina la importancia de una amistad, si no la empatía.
El que es amigo camina junto a ti y te hace sentir protegido, y escribe pensamientos para hacerte sentir un poco mejor.
Aprendí que la familia es desinteresadamente incondicional, que puede llover y salir el sol y la familia sostiene ese techo que evitara que te mojes.


Y hoy, p uedo decir que me siento más acompañada que nunca, que me siento más protegida y que estoy lista para caminar hacia lo que sea que ocurra en mi destino y que si es necesario tomar otro camino para cumplir mi sueño, lo tomare, pero que llegare y nada me podrá detener.
El consejo aquí es claro, siempre regresa a tu fuerza básica, a tus inicios y curiosamente ahí siempre encontraras tus respuestas.
Lo más difícil de resolver a veces es lo más obvio. Y siempre busca respuestas con aquellos que sabes que estarán, y si algunos cuantos te cierran la puerta no te quedes esperando y no dejes que lo hagan enfrente de tus narices, toca otras puertas o simplemente quédate con aquellos que ya sabes que jamás te fallaran.

Recuerda que en la vida: “no es cantidad, si no calidad” y pide señales que refuercen tu fe, estas siempre aparecerán.


“Don't be afraid to be weak, Don't be too proud to be strong, Just look into your heart my friend…That will be the return to yourself”

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